Las úlceras por presión, también conocidas comúnmente como escaras son heridas que se forman principalmente por la acción del apoyo del cuerpo sobre la piel. Suelen aparecer en zonas de apoyo del cuerpo humano, tales como los talones, coxis y zona sacroxígea. Los factores de riesgo de la población podrían dividirse en tres principalmente:
Se clasifican en:
Grado I: las escaras son superficiales. Se encuentran en la capa externa de la piel. Se pueden observar con enrojecimiento de la pie, calor y piel sensible en la palpación, sensación de escozor.
Grado II: la úlcera afecta a las dos primeras capas de la piel (epidermis y dermis) Se observa ampollas o úlceras ya abiertas. Necesitan de tratamiento así como de mayor cambio postural y soporte (cojín, colchón, patuco ect.) para su curación.
Grado III: La úlcera abarca todo el espacio de la dermis y se hace más visible, pudiendo dejar a la vista la capa grasa o lipídica de la piel, que es el tejido subyacente. Llegados a este punto. Pueden surgir complicaciones infecciosas.
Grado IV: Es el grado más afectado de las úlceras. Necesita una rápida atención médica ya que, llegados a este punto, afecta a tejidos adyacentes como músculos, tendones y/o huesos, haciendo que tenga una alta probabilidad infecciosa.
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